Grito de Muerte.

En el colegio nos hicieron hacer un cuento de terror.
La verdad, no me sale muy bien escribir cuentos de terror, pero parece que este estuvo bueno, a las personas que se lo mostre les gustó.
Así que... acá se los dejo a ustedes para que lo lean.

Grito de Muerte.

Me desperté esa mañana y me di cuenta de que algo no andaba del todo bien. Es decir, no me dolía nada, pero no me sentía igual que el resto de mis mañanas. Me sentía diferente, más... liviana. Y, a decir verdad, no me acordaba de nada de lo que había pasado la noche anterior. Hice un esfuerzo por acordarme de... no sé, algo.

El primer recuerdo que se me vino a la mente fue de cuando escuché ese ruido de la ventana, a medianoche, y, asustada, me metí bajo las sábanas como si estas pudieran protejerme. Recordé el miedo que sentía por mi familia. Porque algo o alguien les haga daño. Después me acordé del chillido aterrador que había reconocido como mío. Y... cuando mi cuerpo había dejado de pesar, y cuando dejé de sentir por completo.

Entonces intenté no pensar en lo que (me) estaba pasando. Mi instinto (sí, tal vez también mi sentido común) me decía que no era nada bueno... o normal.

Y decidí que iba a tener que investigar, aunque sea por mi casa. Recorrí todas las habitaciones en busca de algun ser humano, pero estaba totalmente vacía. Ni rastros de mi familia.

Y aí fue cuando me percaté de que no esuchaba ningún ruido. Salí a la calle, y, como sospechaba, completamente desierta. Aunque ahora sí se escuchaba un ruido. Una voz de mujer. Se oía desesperada.

- ¡AYUDA! ¡Por favor, alguien que me ayude!

Y otra vez se confirmaron mis sospechas.

Claro que no había humanos en la calle, eran (éramos) todos fantasmas. Y ese grito... ese grito venía del último sobreviviente del planeta entero.

No se escuchaba más el grito. Había cesado.

Y supuse que, como la mía y la del resto de los habitantes, su vida se había terminado.

¡Fin!