Acá...

martes, 4 de octubre de 2011

Falsa.

Últimamente me siento falsa. Tan falsa...
Cuando sonrío soy falsa, cuando bromeo soy falsa, cuando río soy falsa, cuando hablo soy falsa. Incluso cuando lloro, sí, cuando lloro soy muy falsa.
Ninguna lágrima ni carcajada de las que pude soltar hace un par de semanas fue real.
Siento que no soy creíble. Tal vez las personas sí crean en mí, incluso todavía tengo la capacidad de hacer reír y dar lástima, pero ya no a mí misma. Creo que estoy volviendo a pasar por esa etapa tan horrible de monotonía y repetición que pasé el año pasado.
Es como sí la gente no se diera cuenta de que a veces quiero estar en silencio, pero con alguien al lado mío sin tener que pretender nada. Ni que sea feliz, ni que esté triste. Quiero ser yo misma por una vez, con una persona al lado que entienda lo que se siente no ser uno mismo, que comprenda, que acepte que yo no puedo ser nada más que yo.
O por ahí necesito a alguien que se siente a mi lado y me haga reír, que bromee conmigo, que recupere, que vuelva a sacar a la superficie a esa persona que soy.
Incluso puede que lo que yo necesite sea a alguien que me ayude a darme cuenta de lo que me molesta y deprime, me deje llorar sobre su hombro y vuelva a buscarme y a ayudarme a solucionar mis propios problemas, esos que me enredan, y marean, y me hacen perderme y confundirme.
Tal vez necesito estar sola y seria, en un silencio frío y vacío, y ser todo lo nada que soy. Todo lo nadie que quiero ser en algunos momentos.
Dejar de ser así de falsa como cuando me rodean las personas.

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